Por Praede Olivero Féliz
La nueva ley sobre expresión y difusión del pensamiento, o libertad de prensa, que cursa en el Senado de la República, es un mamotreto inmoral e ilegal, que debemos rechazar, ya que pretende convertir a los periodistas, o al menos, a los directores de medios, en calieses de los gobiernos, del Estado y sus organismos de seguridad.
Aunque sabemos que dos o tres plumíferos peseteros eso han sido toda la vida, los periodistas éticos, que son la mayoría, tienen que alzar su voz para rechazar esa barbaridad, también el pueblo, que al final es el más perjudicado con una prensa degradada y amordazada.
Esa ley eliminaría el secreto profesional, la protección de la fuente informativa, camino que transitan legisladores y funcionarios gubernamentales corruptos, que no quieren escuchar las denuncias contra sus actos de corrupción, que desangran los fondos públicos y provocan más pobreza en nuestro pueblo.
Pero se equivocan esa pichona de dictadores que impulsan esa ley inmoral e inconstitucional, ya que el artículo 49 de la Constitución ampara el secreto profesional, por lo que esa ley, de ser aprobada de manera definitiva, sería sometida a la revisión constitucional, que permitiría su anulación, evitando que el periodista se convierta en un simple chivato.
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